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El impacto positivo de la siembra de especies nativas en ecosistemas degradados

La conservación y restauración de los ecosistemas degradados ocupan un lugar prioritario en la agenda ambiental global. En este contexto, la siembra de especies nativas emerge como una estrategia fundamental para revertir el daño causado por la deforestación y otras actividades humanas.

Conservación y recuperación

Desde el inicio de nuestro proyecto, nos hemos comprometido con la recuperación de sabanas degradadas y la promoción del bosque sucesional.

Este año, avanzaremos significativamente con la plantación de:

  • 1,500 hectáreas de especies nativas en áreas de sabanas
  • 300 hectáreas destinadas al enriquecimiento de plantaciones forestales con más de 10 años de edad

Es de destacar que nuestras plantaciones con especies nativas se están llevando a cabo utilizando semillas recolectadas en la misma región, garantizando así una adaptación óptima al entorno local. Esta práctica no solo promueve la diversidad genética, sino que también asegura que las especies plantadas estén perfectamente adaptadas a las condiciones específicas del área. Además, este enfoque promueve la participación de la comunidad local en la recolección y producción de semillas, generando oportunidades de empleo y fortaleciendo los lazos entre el proyecto forestal y las comunidades circundantes. De esta manera, la siembra de especies nativas impulsa el desarrollo económico local y mejora la calidad de vida de las personas que dependen de estos ecosistemas.

A través de un enfoque integral, hemos diseñado un proceso de forestación que consta de tres etapas interrelacionadas. La primera etapa, la siembra inicial, implica la introducción de especies como el eucalipto y diversas especies nativas, destinadas a proteger y restaurar más del 50% del área de cada predio.

En la segunda etapa de enriquecimiento, fortalecemos las plantaciones establecidas mediante la introducción de especies nativas adicionales. Este enfoque aumenta la variedad de flora y fauna presentes en el área, y mejora la adaptabilidad y la resiliencia del ecosistema frente a futuros desafíos ambientales.

Una vez establecidas, nuestras plantaciones entran en un proceso de sucesión natural, donde, después de algunos años, dan paso a la regeneración de bosques nativos. Este proceso de sucesión es fundamental para restaurar la estructura y la funcionalidad de los ecosistemas locales, permitiendo que la biodiversidad florezca y los servicios ecosistémicos se restablezcan.

La siembra de especies nativas no solo recupera áreas degradadas, sino que fortalece la adaptabilidad y resiliencia de los ecosistemas, contribuyendo a la mitigación del cambio climático, la conservación de la biodiversidad y la protección de los recursos hídricos. Su integración en proyectos forestales requiere selección cuidadosa, planificación detallada y monitoreo constante para asegurar el éxito a largo plazo.