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La verdad detrás de los mitos sobre el cambio climático

Aunque el cambio climático está respaldado por la comunidad científica, persisten algunos conceptos erróneos que pueden contribuir a la falta de utilización de algunas personas respecto a esta problemática. 

Descubre la realidad detrás de los siguientes mitos respaldada por datos, cifras y estadísticas que desmitifican estas creencias:

Mito: “El cambio climático no está sucediendo”

Realidad: Este es un malentendido bastante común. La evidencia científica respalda la existencia del cambio climático, con un consenso significativo entre los científicos de todo el mundo. Los datos de la NASA y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) muestran que la temperatura promedio de la Tierra ha aumentado en aproximadamente 1°C desde finales del siglo XIX. Las actividades humanas, como la de combustibles fósiles, han contribuido al aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero y al calentamiento global.

Mito: “El clima siempre ha cambiado; esto es solo otro ciclo natural”

Realidad: Aunque la Tierra ha experimentado cambios climáticos a lo largo de su historia, el ritmo actual del cambio es excepcionalmente rápido y se correlaciona con las actividades humanas. Un estudio con 700 registros climáticos ha demostrado que la única vez que el clima ha cambiado al mismo tiempo y en el mismo sentido en todo el mundo durante los últimos 2.000 años ha sido en los últimos 150, en los que más del 98% de la superficie del planeta ha experimentado un aumento de temperatura.

Mito: “Las emisiones de CO2 no son un problema significativo”

Realidad: Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero están directamente vinculadas al calentamiento global. En el año 2020, la concentración de CO2 en la atmósfera superó las cantidades permitidas. 

Mito: “El cambio climático solo se trata de calentamiento global”

Realidad: Además del aumento de la temperatura, el cambio climático también se manifiesta en eventos climáticos extremos, así como en la modificación en los patrones de precipitación y en el aumento del nivel del mar. Lo más inquietante de este aumento es su cambio abrupto: de 1993 a 2014, la elevación del nivel del mar se mantuvo estable, pero desde entonces se duplicó. Aunque parezca poco, esta diferencia significa que diez millones de personas más podrían enfrentar inundaciones. 

La urgencia de abordar este desafío no puede ser ignorada; es esencial priorizar la reducción de emisiones y el desarrollo de proyectos de conservación y aforestación. Solo mediante un compromiso colectivo y acciones concretas, podremos forjar un futuro sostenible y preservar la salud de nuestro planeta para las generaciones venideras.

La responsabilidad recae en cada uno de nosotros para ser agentes del cambio y guardianes de la Tierra que llamamos hogar.