Los morichales, esos maravillosos ecosistemas dominados por la majestuosa Palma de Moriche, son una joya natural que merece nuestra atención y protección. En la región, estos lugares representan uno de los ecosistemas más importantes, albergando una diversidad de especies nativas y desempeñando un papel fundamental en la biodiversidad regional.
La Palma de Moriche, con su imponente presencia y densas raíces, es la reina indiscutible de estos morichales. Pero su importancia va más allá de su belleza. Sus raíces no solo estabilizan el suelo y previenen la erosión, sino que también ofrecen alimento y refugio a la fauna tanto permanente como migratoria de la sabana. Este ecosistema estratégico actúa como un oasis en áreas no directamente influenciadas por ríos, proporcionando un recurso invaluable para la vida silvestre y regulando los flujos de agua.
Durante épocas de crecida, los morichales retienen el exceso de agua, evitando inundaciones, protegiendo comunidades humanas y hábitats cercanos. Mientras que en periodos de sequía, estos ecosistemas almacenan y regulan el agua, ayudando a mitigar las condiciones de temperaturas extremas en la región.